24.11.08

Ser consecuente

Me pregunto qué sucedería en nuestra sociedad si tan solo un 10% de las personas fueran la mitad de consecuentes con sus principios como lo fue Russel Jenkins hasta el fin de sus días.
El bueno de Russel, de 52 años, de nacionalidad británica, de profesión sanador de medicina alternativa (sanador holístico) en los centros Quiet Mind Centre falleció a causa de una gangrena en una pierna.
El señor Jenkins, diabético, se hirió en una pierna en un accidente doméstico y decidió no acudir al hospital ya que su ser interior le decía lo contrario.
En su lugar decidió tratarlo con miel tras consultarlo con otra colega sanadora. En defensa del señor Jenkins hay que decir que este popular recurso tradicional para tratar una herida no tiene una base descabellada.
[Science mode on]
La elevada osmolalidad de la miel hace que los microorganismos no puedan crecer fácilmente en ella ya que se deshidratan y mueren. Por este motivo tanto la miel como la mermelada duran mucho tiempo sin estropearse: son medios demasiado hipertónicos para el desarrollo de la mayoría de microorganismos.
[Science mode off]

El problema es que la gangrena progresó hasta causarle la muerte varios días más tarde.

No es que al abominable ser que escribe esto no le parezca loable el hecho de que Russel llevara su decisión hasta el final, con un par... (me extraña es que este señor no sea de ascendencia española...) pero hasta yo mismo me atrevería a dudar de mi ser interior, que tantas veces me ha salvado el culo, en el momento en que mi pierna comenzara a hincharse y oler mal y los dedos comenzaran a ponerse negros. Parecería lógico pensar dadas las circunstancias, que el tratamiento no estaba yendo del todo bien.
Quizá diría: "pues oye... Ser interior... unos antibióticos tampoco le hacen daño a nadie... ¿no crees? ¡No! Los sucios hobbits... nos lo robaron... " y llamaría a una ambulancia.
Lo peor es que la pareja de Jenkins era enfermera.
Sin duda este caso huele a premio Darwin.
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