Admiro a las mujeres

Siempre he admirado a las mujeres. De verdad. Nacen con un sentido de supervivencia que para los hombres es sencillamente inalcanzable. Los hombres cuando nacen no saben nada y todo lo que aprenden lo aprenden a leñazo limpio. Las mujeres no. Las mujeres desde que nacen tiene desarrollado un complicado sentido sensorial que directamente (y sin pasar por la casilla de salida ni cobrar las 20000 pesetas) les hace saber cosas. Por ejemplo: cuándo hay que cambiar las sábanas.
Una mujer ve las sábanas y directamente sabe que esas sábanas hay que cambiarlas.
- Pero si yo las veo impolutas - decimos
Pero no, nos ponemos a hacer cuentas de la última vez que las cambiamos y de repente sin darnos cuenta hacemos un overflow. En serio. Yo la última vez que cambié las sábanas era porque ya salían a recibirme cuando me acercaba a la cama.

Lo mismo ocurre con los fuegos de la cocina. Desde que encendemos el fuego hasta que el calor llega al caldero pueden pasar 20 minutos. Claro, el calor tiene que atravesar la insignificante capa de grasa de 4 centímetros. Llegué incluso a pensar que mis calderos estaban estropeados. El otro día me invitaron a comer a casa de una mujer y flipé. Le dije: "oye, tu fuego sí que es rápido" (Ahora entiendo la cara de: "quediceesteimbécil" que puso).
Otro ejemplo: ¿A algún hombre en su sano juicio se le ocurriría que los azulejos del baño hay que limpiarlos? Pues las mujeres simplemente lo saben. Y lo que es peor, ¡Los limpian!. ¡Yo pensaba que los azulejos del baño estaban hechos del mismo material que las espaldas, que no hace falta lavarlas porque como no llegamos bien deben ser autolimpiables!