Be water my friend

No es fácil ser inglés. En inglaterra siempre está lloviendo, la gente camina seria por la calle, ningún inglés lee el temible, se comunican el día entero en una lengua extranjera...
Por eso cuando tienen una oportunidad de ser gente divertida se les llena la boca, se engolosinan...

Hay que ser inglés para entender que cuando llega el Bonfire night (la noche de las hogueras), los ingleses se entusiasmen al ver el fuego. Una cerveza lleva a la siguiente, una cosa lleva a la otra y de repente alguien dice: "Esto es aburrido ¿Qué podemos hacer?". Se hace el silencio. De repente dice: "Tengo una idea" mientras se baja los pantalones y se acuesta boca abajo para introducirse el palo de un cohete por... ¡Ohh Dios mío! utilizando su trasero como plataforma de lanzamiento. Claro, todos los allí presentes se entusiasmaron con la buena idea que había tenido su amigo, celebrándolo con risas y fiestas. Nadie intentó detenerle. Incluso alguno habría llegado a desear que se le hubiera ocurrido a él primero.
Cuando prendió fuego a la mecha, no se sabe si porque sus músculos no se relajaron a tiempo, porque enterró el palito muy hasta el fondo o porque quedó clavado a algo que lo sujetó más de la cuenta, el cohete no salió muy lejos, ocasionando al protagonista artista de esta historia quemaduras en la piel (fotodepilación) y en el colon (que fue quien descubrió América), motivo por el que tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital más cercano.

No acaba aquí esta triste historia. Cuando la noticia llegó a oídos de los expertos en seguridad británicos, se dieron cuenta de que había llegado la hora de hacer algo al respecto. El mundo ya no podía seguir entendiéndose como hasta ese momento. ¡Algo había cambiado! ¡Había que actuar y tenía que ser rápido! Así decidieron advertir a la población de que lanzar cohetes desde el trasero va en contra de las normas relativas a los fuegos artificiales (que no a las del sentido común).

Vía DiarioADN