The Anisaki's Returns

Querida Pequeña Coco,

Anoche después de intentar ponerte, con muy malas intenciones por mi parte, chocolate, nata, caramelo y hasta trozos de pepino en todos y cada uno de los pliegues de tu cuerpo, y que a todo me dijeras que no, acabaste comentándome que era un guarro (¿yo?) y que porqué no probaba a poner trozos de pescado crudo a ver si me daba algo...

A esto que enfadado y con Superman desilusionado te respondí, justo un segundo antes de que me partieras la cara, que si también querías que le soplara al pescado.Ya puestos a morir por el anisaki vamos hacerlo bien pensé yo, pero la verdad es que no entiendo que pasó por tu cabeza como para cruzarme la mía.

Resulta que hace poco descubrí otra forma estúpida de morir, comparable con la del tipo que se ahogo por intentar caminar sobre las aguas. Según cuenta la noticia de caracol radio, los pescadores de una cierta región Colombiana, como rito para no perder las buenas rachas de pesca, le soplan a un pescado que se ponen en la boca. Tan mala suerte tuvo el protagonista de la noticia, un chico de 14 años, que se le escurrió el pescado de las manos y se lo tragó, con la consecuente muerte por asfixia. Una pena que fuera un chico de 14 años la victima de este estúpido rito y no otros, aunque la verdad, es que ya podrían estos pescadores ponerse a rezar a los santos para pedir mejor faena, y no hacer estas practicas de riesgo.

Espero que ahora que sabes el por que de mi comentario seas capaz de perdonarme y gratificarme por el daño moral que he sufrido, esta noche, en el Japo.

Un Beso.